El estrés, la depresión y los trastornos mentales son las plagas imperceptibles del nuevo siglo. ¿Qué son estas enfermedades? ¿De dónde vienen? ¿Cómo se puede curar algo que no se puede ver?
Durante esta época, cada uno de nosotros está en un viaje hacia el mejoramiento de su vida diaria y la expansión de la conciencia. Todos estamos en este viaje sin importar si nuestra mente racional y consciente está de acuerdo.
Muchas investigaciones sugieren que muchos de los problemas mentales y físicos de la actualidad se originan en el estrés de la vida diaria.
Si el estrés es la causa de nuestras afecciones, eso nos lleva a preguntarnos: ¿cuáles son las causas del estrés?
Las úlceras son un clásico ejemplo de enfermedades relacionadas con el estrés. El estrés también interfiere con los patrones de sueño sanos. El estrés es responsable de la degradación de los biorritmos naturales de los cuales depende la salud.
Algunos investigadores médicos incluso sugieren que toda enfermedad se origina por problemas relacionados con el estrés.
Usualmente, cuando los investigadores intentan explicar las tensiones del estrés, en realidad describen alguna condición o situación que causa tensión: dificultades financieras, problemas familiares, inseguridad laboral y muchas otras cosas son propuestas como razones subyacentes de estrés. Sin embargo, esta no es una definición sólida de lo que realmente es.
Definir el estrés es distinto a definir nuestra reacción ante un aspecto de nuestro mundo físico, el mundo ilusorio de los cinco sentidos.
Quizá este error proviene de una necesidad de encontrar la causa del estrés en el mundo material, donde puede ser sujeto de experimentos de laboratorio.
No obstante, la realidad del estrés tiene mucho que ver con el mundo metafísico. Si la preocupación es simplemente una actividad de resolución de problemas, entonces ¿por qué la preocupación nos lleva a ansiedad emocional? Las conclusiones de Werner Heisenberg, físico y ganador del premio Nobel, respondieron a este dilema a través de su trabajo sobre el “principio de incertidumbre”. Dicho simplemente, este principio establece que nunca podemos confiar plenamente en nuestros sentidos, lo que percibimos es una realidad cuestionable.
Esta falta de certeza en este mundo es lo que desata la preocupación, el miedo y la ansiedad en la mayoría de nosotros.
Etender el origen y la naturaleza del estrés y la reacción propicia ante éste debe estar más allá de los mecanismos fisiológicos del cuerpo. La mayoría de los investigadores clínicos afirma que tanto las reacciones físicas como las emocionales que producen ese “algo” llamado estrés son provocadas por “un estímulo” de los mecanismos del cuerpo. Ellos creen que cuando la gente está estresada, el cuerpo responde activando lo que los profesionales de la medicina consideran que son mecanismos de defensa, por ejemplo, aumento del ritmo cardíaco y presión arterial, además de otros cambios físicos que ocurren para ayudar al cuerpo a defenderse.
Entonces, ¿el estrés es algo que se origina fuera de nosotros? ¿Es el resultado de una condición incómoda? Si nuestro corazón comienza a latir más rápido durante una película de terror, ¿la película es el factor causante y el estrés la condición que nuestro cuerpo sufre durante la exposición a esta película? O ¿el estrés es algo interno que estimula los nervios y causa una reacción en cadena?
Esta es la característica no física particular del estrés. El llamado estrés psicológico de relaciones infelices, tratado por muchos profesionales como un estrés causado por interacciones sin éxito, el estrés provocado por elementos externos o físicos, como conflictos con el jefe o la suegra, no es inherentemente más estresante que ver una película.
Una suegra no es un pariente inherentemente estresante.
Nos referimos a la gente (madres, padres, socios) como la fuente de las enfermedades psicosomáticas. Pero desde un punto de vista holistico, estas personas no pueden ser consideradas como el origen del estrés.
Podemos considerar que el estrés es una situación en la que la mente malinterpreta un suceso externo como desfavorable o peligroso es una extensión del enfoque biomédico de las enfermedades físicas.
La inteligencia, la mente y el cerebro también son componentes de un sistema corporal físico/material integrado. Por lo tanto, un diagnóstico parcial de sólo el cuerpo físico o el funcionamiento cerebral será inútil al momento de determinar la causa del estrés.
Estos factores no son los sucesos críticos del estrés ni las reacciones del estrés. Los sistemas intelectuales de la humanidad, interactuar con el desempeño personal y la actividad emocional además de la inmensa cantidad de misteriosas funciones de la mente cuando crea incomodidad, ansiedad o preocupación como una expresión de reacciones de estrés, no pueden ser incluidos en la definición holistica de estrés. Esta definición común no es válida.
Además, a pesar de numerosos estudios que parecen indicar que el estrés prolongado suprime el sistema inmune del cuerpo, justamente ese vínculo entre estrés y enfermedad sigue sin ser determinado. El completo reconocimiento del principio de incertidumbre traerá un gran cambio en la investigación médica. La preocupación no sólo yacerá en los síntomas y probabilidades, sino en un cuidadoso estudio del origen del estrés como lo propone la perspectiva holistica de la realidad.
Desde el punto de vista kabbalístico de la realidad, la historia fundamental de nuestro universo es en realidad la historia de las almas que regresan. En efecto, ningún misterio del universo es tan desconcertante como el comportamiento repetitivo de sus habitantes.

EL VERDADERO ORIGEN DEL ESTRÉS
El estrés, tal y como lo entienden los kabbalistas, se origina mucho más allá del mundo físico. Mientras que la ciencia médica ha llegado a ver el estrés como una condición negativa, los kabbalistas ubican su origen en la imperiosa naturaleza de la Luz. El estrés que tenemos en realidad es la Fuerza de Luz que presiona a la humanidad para eliminar la enfermedad y otras formas de caos.
Esto puede lograrse sólo cuando elegimos hacer de la Fuerza de Luz un factor dominante en nuestra vida. La Luz no puede coexistir con la oscuridad. La oscuridad es el término que los kabbalistas usan para referirse a todas las formas de interferencia caótica. Por lo tanto, nos conviene incrementar nuestra capacidad de alcanzar la Fuerza de Luz y expandir la receptividad de nuestra conciencia. Al hacerlo, podemos permitirle a la Fuerza de Luz entrar en nuestra esencia y, por consiguiente, eliminar la oscuridad interior.
La solución ciertamente no es la eliminación de la Fuerza de Luz o la reducción de su intensidad. Este enfoque no considera la manera de expulsar a la oscuridad de nuestro estado físico y mental. La única solución, según el Zóhar (el Libro del Esplendor, texto central de la Kabbalah), es la infusión de la Fuerza de Luz de Dios en nuestra mente, cuerpo y entorno.
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