Ser pro activo significa vivir tu vida de la manera más difícil: resistir las tentaciones y la gratificación instantánea, para recibir mayores y mejores recompensas en el futuro. Sin duda, es más fácil evitar todo tipo de molestias y consentirte cuando lo desees, pero al final, todo lo que obtienes de ese enfoque es un placer fugaz ahora a expensas de tu futuro, que de lo contrario podría haber sido mucho mejor.

Considera a una persona de carácter débil que, cuando se enfrenta a un desafío, inmediatamente se excluye. ¿Qué posibilidades hay de que esta persona logre algo sustancial en la vida si su valor principal es sentirse cómoda? ¿Cómo va a manejar esta persona una crisis que debe enfrentar? Incluso un problema relativamente insignificante puede convertirse en un obstáculo insuperable para una persona que ha estado viviendo una vida protegida y siempre ha evitado lo que es difícil o desagradable.
Ahora contrasta eso con una persona que voluntariamente hace su vida más difícil. Buscan y agradecen los desafíos como oportunidades para crecer. Cada acción autoimpuesta los fortalece, de modo que cada vez menos dificultades en la vida los abruman. Día a día, se inmunizan contra los problemas, precisamente porque los buscan. Cuando la vida les da un golpe inesperado, están listos para manejarlo porque, gracias a vivir sus vidas de la manera difícil siempre están listos para las dificultades.