32 días del Omer: Quinta semana, Cuarto día
NÉTZAJ DE HOD
La Determinación en la Humildad
Debemos ser firmes en nuestras posiciones, a pesar de ser humildes. Nuestra humildad no puede ser debilidad. Por lo tanto, debemos reconocer nuestros errores y nuestros aciertos; si estamos acertados, debemos mantener nuestra humildad. No podemos enorgullecernos de la determinación en nuestro camino, aunque este sea correcto.

Puedo ser una persona muy segura de mí misma y, al mismo tiempo, ser humilde. La humildad (en la mística hebrea) jamás puede pretender la destrucción de nuestra personalidad. No podemos humillarnos nunca. Si una persona externa percibe mi humildad como debilidad, debo reconsiderar mi conducta. Nunca puedo permitir que los demás se aprovechen de mí por ser humilde.
Si me comprometo con una causa justa, puedo desplegar toda mi fuerza y mi determinación. Una de las fuerzas que tiene la humildad es la utilización correcta del silencio. Lo que yo solo sé y conozco, me da fuerza. En silencio puedo construir los mejores y más fuertes planes para el futuro, puedo trabajar en forma disciplinada y determinada para conseguir los objetivos que me he propuesto. Pero debo ser humilde y no hacer alarde de mis logros.