HOD DE NÉTZAJ
La Humildad en la Determinación
No debemos posicionarnos siempre en una misma situación. Obstinarse puede ser el camino para la destrucción personal. La determinación no debe ser entendida como obstinación. Se determina el objetivo, pero el camino puede cambiar. La determinación del objetivo no equivale a la obstinación. Debemos ser flexibles y nunca obstinados, y muchas veces ceder. Hod representa la fuerza de la humildad. El humilde se abre puertas y el soberbio se las cierra. Nétzaj (la victoria) nos puede llevar a la ilusión de la omnipotencia; en cambio, Hod, la humildad, nos hace conscientes de que toda nuestra energía proviene de la divinidad.

Mi fuerza proviene siempre de una fuerza superior. Debo ser humilde y no creer que la victoria conseguida es una victoria personal; por el contrario, siempre es una victoria que proviene de mi humildad, del reconocimiento de mis límites. Puedo ser determinado en mis objetivos, pero debo ser consciente de mis límites. No puedo, nunca, creerme omnipotente, porque puedo caer en el lado oscuro. Debo reconocer que es Dios quien me otorga cada día de mi vida y que mi energía se intensifica si realmente soy consciente de mis límites. Puedo desarrollar todo mi potencial porque soy (o debo ser) humilde. Debo comprender la realidad desde la pequeñez de las cosas cotidianas. Debo ser consciente de que existen fuerzas (energías) que no son controladas por mí y no deben serlo. Mi disciplina y determinación son conductas que tienen un límite. Hod es la conciencia de mis límites. Mi determinación y mi disciplina no son el factor fundamental de la victoria. La victoria es llegar al equilibrio del árbol de la vida y ascender. Por lo tanto, toda victoria es un avance y, al mismo tiempo, una ilusión.