Cuando esperas el mundo de tus amigos, tu familia o la vida y no recibes nada, puedes invocar este Nombre para recibir respuestas. Nuestras acciones más positivas con frecuencia no son premiadas en largos períodos de tiempo. La Kabbalah enseña que esto es para dejar un espacio para que brille nuestro libre albedrío. Dentro de ese espacio «grandes espectativas» nos retan, «pruebas de fe» nos confrontan. Esperamos un retorno rápido de nuestras inversiones espirituales, pero cuando el tiempo las demora, nos volvemos dudosos, profundamente decepcionados, desesperanzados y desvalidos.
Tenemos libre albedrío para elevarnos sobre esas nubes de melancolía y condena. Ejercitando este libre albedrío podemos verdaderamente ganar nuestra buena fortuna. A veces esto puede ser una tarea extremadamente difícil. Una gran expectativa es un adversario formidable.
La clave para la satisfacción es simplemente alejar nuestra concentración de los resultados y expectativas. En cambio nos enfocamos en resistir nuestros impulsos reactivos, que no son más que respuestas robotizadas ante una situación dada. En el momento que resistimos la expectativa, hemos ejercitado el rasgo sagrado del libre albedrío.
El ego ya no tiene control, nosotros lo tenemos. Esto abre una amplia puerta a todas las posibilidades.
Meditación
Meditando sobre este Nombre ganamos control sobre el poder del tiempo en nuestra vida. En lugar de estar constantemente pidiendo más al mañana, apreciamos lo que tenemos y lo que somos ahora mismo. Las expectativas falsas y egoístas son eliminadas.