Colinas distantes, nubes lejanas
Todos los eventos llegan desde la distancia.
Desde un mirador en lo alto, Predecir el futuro es elemental. Frecuentemente se dice con superstición que quien sigue la Kabbalah sabe magia. Eso no es real. Esta «magia» es simplemente cuestión de usar lo mejor de las propias habilidades y de estar en la posición correcta. Por ejemplo, una persona sabia que vive alto en las montañas y que no está enceguecida por el vino, la sensualidad, la intelectualidad, la mala salud, o la codicia, será más capaz de ver los eventos a la distancia que alguien que vive encerrado en una pieza y con los ojos puestos en algún oscuro proyecto. Una tormenta no se desata abruptamente; toma horas, a veces días para desarrollarse. Los viajeros no llegan de repente; pueden ser vistos a la distancia. Es posible saber cosas con anticipación desde una alta posición de ventaja. Por esta razón, el kabalista parece saber magia.